Una persona polifacética...

Buenas buenas! No me aguante, no quise esperar al lunes para contarles mi experiencia de hoy. Como se darán cuenta soy una persona ansiosa, aunque con los años cada vez menos (por suerte).
Además de ansiosa me considero polifacética, y para muestra falta un botón, o varios ejemplos...
Bueno como muchos saben los últimos años de mi vida hasta el 2015 en Buenos Aires me dedique a la radio (la cuál amo),  durante 2016 estando aquí me apunte a catalán e inglés mientras regularizaba mi situación en la isla y luego tuve la oportunidad de trabajar en una local/tienda de ropa (aca le llaman dependienta) lo cual fue una experiencia brutaaaaal, la tienda era una franquicia de todo a 10 euros, y cada día tenía anécdotas brillantes para contar al volver a casa; aprendí a cambiar pilas de relojes, achicar mallas, adivinar talles/tallas, a recomendar colores y un sinfín de etcéteras que en algún post un día de estos me pondré a detallar. Pero vayamos a hoy, porque lo de hoy fue diferente.
Este año decidí comenzar a buscar trabajo de cosas que tuvieran que ver con comunicar, y uno puede comunicar desde muchos lugares como por ejemplo siendo: animadora de niños antes del estreno de la última película de los Pitufos! (jajaja!).

Cara de: "prueba superada". jajaja!

No les voy a mentir, estaba súper cagada! Un nuevo desafío se presentaba en mi vida en un lugar desconocido y en un rol novedoso, si bien tengo experiencia en eventos, acampamentos con niños, juegos, pintar a sobrinos y amiguitos, clown, etc. esta vez era diferente...
La cita fue en el Shopping Fan (nuevo en la isla), en la entrada de los cines en el pre-estreno de la película: Los Pitufos: la aldea escondida. Pintar caras era algo divertido, pero pintar a Pitufina en la cara o en la manito de una niña de 5 años puede ser algo aterrador!

Lo bueno es que con las prisas por ir a ver la peli las niñas estaban encantadas de que a la velocidad del rayo les pintáramos sus bocas/morros y sus uñas de azul, y los niños disfrutaban de poder colorear a sus personajes favoritos. Así fue que en un abrir y cerrar de ojos hicimos sonreír a unos 100 niñas/os y confieso que entre esos niños felices me encontraba yo, que disfruté como una más.

Volví a casa feliz por la actividad y feliz por poder compartirla con una de mis sobrinas SG. 

La verdad es que pocas cosas me gustan tanto como sumergirme en el mundo de los niños, antes de venirme a la isla durante unos meses estuve yendo a clown y ser clown es un poco volver a ser niños pero desde otro lugar.  Es reencontrarse con uno mismo a través de la risa y el juego, es volver a la inocencia pero no a la infantilidad, es reír y jugar sin miedo al qué dirán, es no temerle al adulto que somos, es dejarse llevar por la situación y ser conscientes de que no se repetirá, es conectar con el ahora, es crear un mundo de colores en medio de los grises de la adultez. En resumen para mí es estar en un lugar dónde siempre se es feliz!

Amigas y amigos no me quiero extender más pero quería compartir mi día con ustedes, que tengan un maravilloso fin de semana! ❤❤❤ Más fotos en Instagram