Entre miedos y soledades...

Es una locura pensar que hace unos cinco minutos mientras preparaba el desayuno mi cerebro desbordaba de ideas y ahora mismo con el primer mate se quedo en blanco, pero bueno me conformo con pensar que el proceso creativo es así y a medida que voy soltando palabras aparecen algunas historias para contar.
Volvamos a ayer, feriado/festivo, J trabajando y yo en casa pensando qué hacer sola en un día de sol.
Años atrás (unos 5) era una persona muy dependiente, de mi mamá, de mis parejas, de mis amigos, en resumen de todo; hasta que tras una separación (algo traumática) me fui sola con mi carpa/tienda de campaña a pasar unos días en la base del Cerro Uritorco (Capilla del Monte, Córdoba) y  fue allí que inicie mi camino de transformación, ese que me lleva a mirar el miedo a los ojos y enfrentarlo.

Cerro Uritorco, Capilla del Monte, Córdoba, Argentina.

Yo les juro que no hacía nada sola, ni siquiera ir a comprar al almacén/colmado y a partir de ahí me prometí a mi misma hacer todo lo que tuviera ganas, sin depender de mi entorno. Tal vez haya personas a las que mi miedo les parezca una tontería, pero a mi me aterraba algo tan simple como quedarme sola tooooodo el día conmigo misma.
Queridos amigos el camino del autoconocimiento es un camino de ida, y con lo curiosa que soy yo probé varios: Osho, Brahma Kumaris, videos de Youtube, etc.; hasta encontrarme con el Budismo de Nichiren Daishonin, con Nam Myoho Renge Kyo, con la Sgi, esto fue lo que me permitió dar un salto cuantitativo y cualitativo en mi vida, enfrentarme no sólo a los pequeños miedos diarios sino también al más grande de todos: la muerte. Gracias a este mantra "Nam myoho renge kyo" pude y puedo mirar mis miedos e iluminar mis zonas más oscuras, y ayer fue uno de esos días en que me enojaba estar sola, pero me senté e hice daimoku para pulir mi negatividad y hacerme responsable de mi mal humor. Luego tuve el coraje para hacer lo que tenía ganas y me fui a admirar el mar.
Me acerque y agradecí tener esta oportunidad maravillosa de poder caminar unas cuadras/calles y mirar sus colores celestes, azules, verdosos; me llevé un par de libros y unas uvas que no tienen semilla/pepita (no tienen se los juro! es como comer gomitas/chuches, pero sin sentirse culpable; por favor los defensores de lo natural no me ataquen, peor es comer gelatina no? jaja!).
En fin, salí de casa y me fui a sentar frente al mar, frente a mi soledad y a la inmensidad del mundo sin más equipaje que mi propia mochila.
Espero les haya gustado mi relato, que tengan un gran jueves! En Instagram  les dejo algunas fotos más del Uritorco y de ayer.