1º etapa: "Vulnerabilidad extrema"
Como sabéis el Coronavirus puede tardar en manifestarse unos 15 días, imaginad yendo a clases con 20 compañeros jóvenes, un profesor que volvía de sus vacaciones en Italia, otros compañeros con síntomas de resfriados y de repente: ALERTA MUNDIAL POR VIRUS DEL QUE NADIE SABE NADA. ¿Qué hacer? Si ya tener un resfriado es una mierd* estando embarazada porque no podés tomar nada ¿Qué pasa si ya estoy contagiada? ¿Y si me contagio? ¿Qué le pasa a mi bebé? El miedo quería apoderarse de mi mente y mi cuerpo. Entonces primero Daimoku (repetir Nam myoho renge kyo) me llevo a la siguiente etapa.
Etapa 2: "Necesidad de información"
Sentí la necesidad de saber, pero decidí mirar sólo páginas que me aporten, que sean oficiales, alejarme de bulos de whatsapp o del exceso de cadenas alarmistas. Informarme en páginas que hablaran de maternidad y Covid. Pero el miedo seguía apareciendo para decirme: "Si tenés un dolor que no es del Covid no podés ir al médico" "Si tenés Covid tampoco tenés que ir al médico" "Si tenés contracciones que aún no sabés ni cómo son tampoco salgas de tu casa por que peor sería tener Covid". Y entre el miedo y la búsqueda de información pasé por ¿qué significa para la Biodecodificación una neumonía? (la mayor complicación del Covid) y así logré llegar a la siguiente etapa.
Etapa 3: "Aceptación" Para la bio los pulmones sólo representan dos cosas: miedo a la muerte y miedo a perder territorio. Entonces ¿qué debía hacer para estar segura? Liberarme del miedo. Otra vez mi mantra budista logró sacarme de este lugar y eso sumado al paso de los primeros 15 días de encierro me llevaron a sentirme segura. Y poco a poco comencé a disfrutar de esta oportunidad única de compartir tiempo con la bebé y con Javi, de sentir sus movimientos cada vez más fuertes y de conectar los 3 en nuestro hogar.
Etapa 4: "Protocolos para el parto" en este mundo de cambio constante el estado de alarma se fue alargando, y con él su cercanía al parto. Ante una pandemia los protocolos se van modificando conforme pasan los días y allí aparecía un nuevo temor :"No quiero parir sola, con personas vestidas estilo Chernobyl y mascarillas que me impidan respirar con facilidad" ese era el protocolo de la clínica en nuestra primera clase preparto modo online.
Otra vez la meditación cobraba fuerza (siento ser reiterativa y no los/las quiero convencer de nada, pero es lo que me ha permitido el equilibrio emocional en medio de este virus mundial) y con ella recuperaba el derecho a parir acompañada.

Gracias, somos muy afortunados de contar con tanta protección de personas que lograron salir de su pequeño yo para hacernos sentir protegidos.
Siento que empieza una nueva era, la de mirarnos a los ojos, quiero creer que a eso nos invitan las mascarillas a decir menos palabras y leer más miradas. A transmutar el miedo en amor y la soledad en autoconocimiento.
Gracias por llegar hasta aquí y ánimo un día más es un día menos para que podamos salir al sol!! Hasta pronto, Flor🌸